martes, junio 26, 2007

Cuba Día 2: Cuba 9, España 4, Argentina 0

Cruce unas palabras con un par de alemanas que me miraban como si las quisiera robar asi que la conversación fue bien corta. Ni siquiera sabían sobre la doble moneda que tienen los cubanos, que por si no lo saben (no es necesario si no van a ir), el peso Nacional está 25 a 1 con el dólar así que cobran entre 20 y 35 dólares por cabeza lo que en teoría les debería alcanzar para comprar lo necesario para vivir impuestos, etc. no para “objetos suntuarios” que es tooooooodo el resto. La otra moneda es el peso Cubano Convertible, CUC, mas acara que el dólar y mas barata que el euro, que es para uso de los turistas y los cubanos que puedan conseguirlo, sea con negocios privados (taxis, putas o lo que sea), mangueando, o mercado negro, pero es muy visible entre los cubanos, no es que no hay, y uno se termina preguntando cual es el curro de un cubano que paga 15 dólares la entrada a un boliche.

A la tarde fui al museo de la revolución que no es gran cosa, excepto un par de objetos de la guerra revolucionaria propiamente dicha y el Granma en si mismo, no hay nada, es todo fotocopias en vitrinas. Está mayormente dedicado a Fidel lo que me sorprendió al principio pero termino teniendo mucho sentido al final. Un detalle fue el traje espacial del primer (y único supongo) cosmonauta cubano, lo que parece un chiste carísimo. Los cubanos, como los argentinos, no deberían ir al espacio, la gente puede pensar que es una comedia.

Sobre el malecón me ofrecieron jineteras a 30 dólares mas 10 la habitación, “Puedes hacer el amor toda la noche.”

El malecón es el lugar al que vuelvo casi por instinto, La Habana en general es medio triste. Esos edificios monumentales venidos a menos me hacen pensar en lo que podría haber sido y se te caen las lagrimas. Se tan solo hubiera habido pintura, cemento e impermeabilizantes la lluvia no se hubiera comido esos monumentos. Habana Centro, el barrio siguiente a Habana Vieja, con edificios de unos 100 años, literalmente se cae a pedazos y los esfuerzos por mantener la ciudad están en la Vieja, lo que hace completamente incierto que será de ese otro barrio. Donde estaba yo, Vedado, está mejor conservado pero es más nuevo.

Hizo calor todo el día pero no fue insoportable, más como hace en Rosario un día de calor y humedad.

Fui a ver a Lourdes que alquila una habitación, 20 dólares por día, la que me recomendó Rama, y me cayeron bien ella y su hija, así que la señé. Pasado mañana tomo posesión, de la pieza, no de la hija, que tiene bigote. Al salir de ahí, tipo 8 de la noche, caminé por el malecón (la casa esta a media cuadra y mi habitación tiene vista al mar) y en la Tribuna Antiimperialista, me hice amigo de unos españoles, Fernando, Humberto, Jaime y José Luis. En seguida estábamos como chanchos y por reputísima casualidad estábamos alojados en el mismo hotel, pero ellos en otra ala del edificio que yo ni sabia que existía. Eran clásicos turistas sexuales, a 2 o 3 jineteras por día y ni el Museo de la Revolución vieron. 3 jineteras en un día es mucha guita, a 20 cada jinetera y 20 de coima a la seguridad del hotel (porque no pueden entrar teóricamente), son 40 por polvo, 120 dólares por día (recuerden que es un dólar caro, digo dólares para no confundir y redondear para abajo, pondría decir euros). Un hecho aparte que me rompió los huevos es los chupasangres de la seguridad que sin chupar una pija cobraban lo mismo, me pareció “injusto” para las minas digamos, además las tenían cagando. Noté enseguida que un cubano con poder forrea a otro cubano siempre que puede. Lo de la seguridad es una cagada, son los que saben absolutamente todo de todos los huéspedes del hotel y te junan desde 100 metros sin que te des cuenta. Por ejemplo, esta prohibición de que las jineteras entren a las habitaciones es totalmente ficticia, una (hermosa) estuvo sentada toda una noche en el lobby del hotel simplemente esperando a que alguien se disponga a contratarla, y los de seguridad por supuesto la habían puesto ahí para agarrar su tajada, sin chupar ninguna pija, recordemos.

Anyway, comimos con los gallegos en un bar abierto del hotel muy lindo y barato (5 dólares), yo comí una “bocata de atún.” Pero también tenían unas pizzas re finitas como para una por cabeza. Siempre había cubanos comiendo en este bar e incluso estaban alojados, de nuevo, de donde sacan la plata para pagar no tengo ni idea. Los gallegos me informaron de varios detalles de precios en general, “Come aquí que es barato, o en el Oasis que es barato también, o allá abajo que hay un restaurante a estos precios también, no pagues una cerveza mas de 1.25,” y etc.

De ahí fuimos a El Conejito, un bar que les habían recomendado. Llegando un pelado le pregunto a Humberto que cómo le gustaban las chicas, “Pues como sea, me da lo mismo si son negras o morenas, o rubias o blancas.” Esto, en cubano, quiere decir que apenas nos sentamos en el dichoso Conejito (en el que solo había otra mesa ocupada) nos trajera 4 jineteras, contara rápidamente con el índice, y saliera a buscar otra, ya que nosotros éramos 5. Una daba ordenes e hizo que ellas se sentaran uno si, uno no. Como yo no iba a “consumir,” le cambie de lugar Fernando. La mía estaba mucho mejor que la suya, en realidad era la mas linda, una especie de blanca con colores de negra, no podría explicarla, medio turquita supongo, aunque no lo era. Le pregunte a la mía (que no estaba mal) si la que daba ordenes era su jefa y me dijo que no conocía a ninguna de ellas, que ella estaba en la esquina “esperando el bus” y la trajeron. Las jineteas no admiten que son prostitutas hasta último momento cuando hay que arreglar el precio. Putas con orgullo, me las describió Víctor, de 16 años, el cubano mas sensible e inteligente que me crucé en toda la Habana.

Es común que uno se pase un día entero, o todo el viaje con ella, siempre y cuando la mantenga. Además, de sentadas, bailan como si cogieran, imagínense como bailan de paradas. Mucho reggaetón, mucho Shakira, mucho Beyonce.

En el conejito las jineteras pedían tragos como si fuera el último día, que cuaba libre que Red Bull, que cigarrilos. Uno de los pasos del “cortejo” es invitar a la jinetera a comer o tragos o lo que sea. Algunas lo piden respetuosamente, algunas solo el primero. Es, de nuevo, un tongo con el bar. Terminamos pagando 75 dólares, 15 por cabeza solo de bebidas. Habiendo ya gastado esa guita sin ver una teta y por el solo hecho de enfiestarme con mis nuevos amigos gallegos decidí que me iba a coger la mía, lástima haber cambiado de jinetera, aunque me parecía caro y mi economía no daba para tanto y “a Guevara” no le gustaría, “me enloquecí.” Igual, que cuando toca subir me paran los de seguridad y piden sus 15 dólares, los gallegos habían arreglado 15 por cantidad supongo, y me frene en seco, no sabia bien como era esto y me hincho las pelotas, y hasta, de nuevo, el guardia medio que me forreo, los cubanos, comprobé, también forrean a los turistas si pueden. Fue demasiado, se me apilaron todas las fichas en la cabeza, Guavara, las estrías en la panza de la mina, los 15 mas los 20, mas los 15, mas la forreada. Me di media vuelta y me fui, y ella que “No me hagas esto, tengo un hijo, no hago esto porque me gusta.” Perfecto. Lo pensé un segundo y como un gil arrogante le dije que se iba a acordar de mi toda su vida, y le di 10 dólares.

ME fui al bar a esperar a los gallegos y bajo el primero puteando por que la suya, “La Jefa” se puso a dar gritos y berrinches en el ascensor subiendo con los guardias, “Que yo no soy una puta, que bla bla!” que le tuvo que dar 10 dólares para su taxi y que se vaya.

Los otros bajaron con su historia. Una de las jineteras (la que me gustaba a mi) les había robado 80 dólares y el reloj y se fueron, Jaime se dió cuenta y bajando los 6 pisos por las escaleras como en las películas las agarraron en la puerta. Breve discusión con los guardias y amenazas de policía hicieron aparecer la plata.

La chica de Humberto, una señorita muy gentil, propuso, si a Humberto no le molestaba, satisfacer a José Luis, ya que La Jefa se había ido sin proveer de la materia prima. Y así fue. Mas calmados los ánimos apareció otra jinetera, no me acuerdo el nombre, que se enamoro de mi y quiso sacarse una foto conmigo.

Próximamente: Día 3, como pasar un dia sentado en un bar de La Habana.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

loco, cuba es una mierda o no?

cuando es temporada alta allá?

9:02 p. m.  
Blogger davidxxx said...

no no, esta buenísimo, hay que ir precavidos, sigue atentamente mis consejos, joven padowan, y te ira bien, eso si, no digas que vas de mi parte, no me quieran alla

11:19 p. m.  

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