Cuba, día 3: Lluvia

A todo esto, Jaime no tenía chica, así que nos la pasamos hablando de historia hispanoamericana y costumbres en nuestros respectivos pueblos. Estos golfos se dedican solo a putas, su salida del fin de semana es putas y por supuesto, ninguno tiene novia ni es casado a sus treinta y pico 40. Putas, putas, putas. Las hay argentinas, paraguayas brasileras, checas, húngaras, lo que sea. Y eso solo en su pequeño pueblito.

Como dije, nos pasamos todo el día en el bar, que estaba arriba del restaurante en el que comimos, tomando mojitos que para prepararlos el barman sacaba la hierbabuena de un cantero que tenía ahí, al lado de donde estábamos sentados. En algún momento llego un pelado con dos jineteras, una estaba remil buena. El pelado tenia una camisa que si no era de seda le pegaba en el palo. A la noche tipo una, después de pasar 12 horas en el puto bar, salimos a dar una vuelta, pero yo los deje después del primer par de cervezas, estaba cansado y estos seguramente se iban a ir de putas y yo ya me había hecho toda una idea sobre eso. Guevara me miraba desde el cielo. Los dejo y a la media cuadra cruza la calle y se me acerca un pelado, no el de la noche anterior ni el de unas líneas arriba, otro, y me dice, Hey argentino, que paso anoche? Que paso con que? le dije. Anoche que no te fuiste con tu chica, dijo, Como? Anoche que los robaron, dijo. Lo mire para ver si lo conocía, creí que era el pelado que nos había traído a las minas pero no, nunca lo había visto creo, y este tipo sabía demasiado. Nada, le dije, no vine a Cuba a buscar mujeres y una de las minas le robo a uno de los gallegos. No se si solo quería dejar en claro que sabia todo lo que sabia o que, pero dijo un Ah ok, y se volvió a su lado de la calle. A todo esto, las calles son oscuras, como sistema de ahorro el alumbrado público no esta encendido en La Habana, así que las únicas luces son las de los frentes de los edificios y casas, yo todo se ve como si una banda de zombies va a aparecer corriendo hacia uno en cualquier momento. Pero no hay una sensación de inseguridad, por lo de “dos millones de habitantes, un millón de policías,” sino no se como seria la cosa.

0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home