sábado, agosto 04, 2007

Día 11: El Diablo Tum Tum

Hoy es 14 de junio, el día del aniversario del nacimiento del Che y ayer ni me fije en el Granma si había actos o algo. No se, la desilusión general, creo que de haber visto algo así no lo hubiera creído real. Otra mentira que a Guevara no le hubiera gustado. Estuve en el Ministerio de Industrias donde trabajó el Che y saque unas fotos. A la tarde fuimos a la cabaña con F y a una casa que esta trescientos metros mas allá donde el Che pasó unos meses que estuvo enfermo pero, por supuesto, igual seguía trabajando el muy burro. Saqué muchas fotos y en todos lados venden mojitos, postales y remeras del Che. En la Cabaña le pregunto a una mujer dónde eran las ejecuciones y abre los ojos como platos, un hombre desde atrás de ella se acerca para contestarme, “Las ejecuciones en los tiempos de los españoles eran...” No, no, no, lo interrumpí, Donde eran las ejecuciones de las que estaba a cargo el Che, aclare, dándome cuenta del tamaño del cagazo a revelar información poco conveniente al turismo. Duda en responderme pero es obvio que todos sabemos de qué estamos hablando y me dijo, “Tratan de no hablar de eso... pero fueron en el foso y otros lugares, en varios lugares, fueron en el foso,” dice al final asintiendo. Se refiere por supuesto al foso que rodea toda la fortaleza de La Cabaña, que tiene unos 10 o 15 metros de profundidad y unos 40 de ancho y rodea gran parte de la muralla externa.
Francoise no puede creer lo que esta viendo y me agradece haberlo llevado y que le cuente todo lo que le cuento. Me la paso hablando de Guevara por supuesto. Con F hablamos en ingles lo que es muy agotador. El ritmo, caminar tanto, hablar en otro idioma cansa mucho.
Pasamos por el Sevilla a ver si encontrábamos a Rosa y Joan, la recepcionista del hotel tiene onda conmigo pero yo fui mi “usual self,” en un rapto de locura podría pasar mañana e invitarla a algo pero me voy en dos días y esto se acaba. Hoy llovió todo el tiempo y el pronóstico dice lo mismo para mañana. Quiero ir a Playa del Este y espero poder el sábado.
Encontramos a Joan y Rosa en el bar del hotel tomando unas cubatas. Ambos son separados y tienen 36 Rosa y 39 Joan que tiene un hijo y ya piensan en retirarse en Cuba. Una jubilación en euros hace milagros en Latinoamérica.
A la noche volví sin Françoise que no quiso, creo que porque está apretado con la guita, no me acuerdo si lo conté pero lo estafaron en 150 euros apenas llegó y hoy los necesita y su tarjeta de crédito acá no sirve.
Nos cagamos de risa toda la noche con el Canijo (Lázaro) el bar del hotel y recomiendo fervientemente los mojitos del Sevilla, en Prado y la calle esa que da al Granma. Decidí que iba a salir con ellos porque como era su última noche juntos supuse que era mejor que salieran solos pero como terminan invitando al Canijo también voy.
Llegamos a un boliche en un edificio oscuro, como dije, no hay luces en La Habana, y Rosa entra a ver como está, porque el de la caja nos dice que hay poca gente y efectivamente nos vamos a la mierda. No me había dado cuenta pero estamos atrás de la Plaza de la Revolución y la imagen gigante del Che a la que veo hermosa y oscura en la noche sola, al contrario de la primera vez, en el rayo del sol.
Vamos al Diablo Tum Tum, 15 dólares la entrada que paga Joan. Joan no me deja pagar nada nunca, no en el hotel ni nada, solo invito un par de rondas en el boliche, que estaba lleno de jineteras. Eran todas parejas o jineteras, cosa que, de nuevo, no tiene mucha onda, además estas están recontrabuenisimas, todas a Maxim, una al lado de la otra. Vestidas mas como modelos que los carteles ambulantes que son las del a calle. Esto es alto nivel. Le pregunto por curiosidad a una, muy discretamente, cuanto costaría “una diosa del caribe como las que están acá,” y me dijo que probablemente no tengan precio. Otra me pide un Red Bull como si me pidiera la hora. No exagero, creo que el tono es el mismo. Se lo di por supuesto. La hora no se le niega a nadie.
Me pongo a hablar con la señora del baño, le digo que Cuba no es lo que me esperaba, me dice, Bueno, esto es El Diablo Tum Tum. Le digo que Igual, vine buscando al Che Guevara y no lo encontré en ningún lado. Me dice, Hay me vas a hacer llorar, y casi lloramos los dos, po los menos se me hizo un nudo en la garganta. Estamos en el antebaño, cada uno sentado en un silloncito antiguo, forrado y cómodo, junto a una mesita con una lámpara que ilumina el platito de las propinas. Una jinetera de estas para Maxim, con rulos dorados y minifalda, y se para adelante mío. Me dice la mujer, amparada por la música que atravesaba la puerta de vidrio que nos separaba del quilombo del a disco y señalando con los ojos a la chica, Ella no necesita hacer eso, podría estar estudiando. Le digo que yo no se nada, pero que probablemente no es culpa de ella. La chica se pone a bailar adelante de mi cara, como bailan las jineteras, de esa forma que te provoca casarte con ellas y darles muchos hijos, como dándole la razón a la mujer del baño sin darse cuenta. Igual no creo que sea su culpa, la tentación es enorme, esta mina puede hacer más de mil euros en un mes cuando un sueldo no supera los 30. Joder, yo lo haría.
Me despido de Rosa y Joan a los besos en el taxi de vuelta, ya borracho y pidiéndoles que me escriban apenas puedan, que ya nos veremos en Barcelona o en Rosario.
Hoy Guevara cumple 79 años. Está escondido en su base secreta en la Micronesia, aceitando sus AK-47 y dándoles a leer un libro por semana a sus soldados de todo el mundo. Comen de lo que siembran y cazan y cosen sus Hugo Boss para pasar desapercibidos en Washington, mientras aprenden a hacer molotovs y miras infrarojas.