sábado, julio 28, 2007

Día 10: El Corto Maltés

Trinidad estuvo bien, nada que remarcar excepto que es una hermosa ciudad colonial. Tomamos ron con miel en un bar de piratas y esas cosas. Es cierto, el caribe estaba lleno de piratas.
En La Habana salimos con Françoise (a quien a partir de ahora llamaré “F”) como para cogernos a todas las jineteras. Yo salí sin forros y compre 4 por dos dólares (la mayor estafa que sufrí en Cuba) al seguridad de un bar que también me ofreció chicas. Debí haberlas aceptado.
Pasamos a buscar a los Barceloneses con quienes habíamos quedado en su hotel, el Sevilla, muy lindo, tipo el Nacional, clásico onda Al Capone. En el bar del hotel vimos una banda de salsa (en todos los putos bares hay una banda de salsa que después de tocar las mismas putas 5 canciones pasan la gorra y te venden el CD) con la cantante mas fea que vi en mi vida. Era un gnomo. F, que la vio de cerca cuando pasó por la mesa (yo estaba en el baño) me dijo que no era tan fea de cerca. F estaba en llamas, se enamoró perdidamente de la moza que no era para tanto.
F dijo, hablando de historietas, tema del que no sabe nada, que le hago acordar a un pirata que no se acuerda el nombre. El Corto Maltes, le dije. “Si, ese!” dijo. Gracias F, un amigo! Le dije que tengo un gran retrato del Corto enmarcado en el living de mi casa que precisamente me había hecho traer de su París.
Nos desencontramos con Rosa y Joan y nos fuimos a La Casa de la Música, famosísimo cabaret del que no sabíamos nada, creíamos que era un boliche “normal” para cubanos. Nop, era para turistas, 10 dólares la entrada y 3 la cerveza, esa mierda de Beck (yo prefiero la Cristal, que es suave, la Beck y Bucanero son negras, que no me gustan). Vimos un buen cuerpo de baile de, por supuesto, salsa. F espera que alguna de las bailarinas jineteara. Es un inocente, si alguna jinetea, cosa muy probable, él no podría pagarla.

El boliche era una cagada. Casi no había gente y las más “locas” eran unas rubias gordas de algún país de Europa del norte.
Por mi parte estoy pensando seriamente en ir a buscar a la jineterita del otro día, Yanelle, la cara.

viernes, julio 27, 2007

TRANSFORMERS

Nada, vayan a verla que está más buena que la mierda. Ya la vi 2 veces y la voy a ver una 3era. Si son de los que dicen, "Ma' si la veo en DVD," no lo hagan, es una pelicula para cine. Michael Bay deberia dirigir todas las peliculas que no dirija Zack Znyder.

Si no les alcanzan los robots gigantes una buena razon es Megan Fox, que, segun mi teoria, todo gira en torno a ella, los aviones, los tanques, los barcos, el Air Force 1, Optimus y Prime, el cubo grandote ese, General Motors y la concha de su madre. Todo gira en torno a Megan. Pero ya saben lo enamorable que soy.

jueves, julio 19, 2007

A la Derecha de Dios

Entonces… Murió el Negro Fontanarrosa. Era un secreto a voces que no nos quedaba mucho tiempo, a nosotros y a él. Este último año estuvo plagado de homenajes en vida de todo tipo, desde premios internacionales a series de televisión basadas en sus cuentos. Recibió cada reconocimiento y diplomita como recibió esta enfermedad de mierda. Todos, incluso él, éramos concientes de que se nos acababa el tiempo. Se notaba el apuro en cada noticia: “El humorista y escritor Rosarino fue agasajado en…”
Mi sensación personal es de egoísmo. Si se curaba milagrosamente perfecto, cosa que no iba a pasar, así que me conformaba con que esté de esa forma indefinidamente, dictando ideas que no podía escribir por su propia mano, o dando conferencias para hacerme reflexionar y/o cagarme de risa.
No tengo palabras excepto las usuales que son una pavada por supuesto.
Me viene a la mente una historieta auto-referencial en la que El Negro discutía con sus personajes, Inodoro y Boogie, y les decía, indignado por la rebelión ésta que le planteaban, que si no fuera por él, no existirían. Al final Boogie le daba un tiro por la espalda y le decía a Inodoro: “Los dibujantes pasan y los dibujos quedan…”
Un prócer más se agrega a la lista de buena gente que se va contra los hijos de puta que se quedan para jodernos la vida. Esperemos que les tire rayos desde arriba. Nosotros le sacrificaremos carne y vino.

Dia 9: El Templo de Guevara

La excursión a Santa Clara partió tipo 8 de la mañana. El plan es hacer Cienfuegos y Sancti Spiritus hoy, dormir ahí, hacer Santa Clara y Trinidad mañana y estar en La Habana a las 6 de la tarde. En la parada de desayuno me hago amigo de un Francés, de París, que se llama Françoise, un cliché, aunque parece español, no Francés. Un tipo muy piola y enseguida nos hicimos amigos. Somos tan parecidos de carácter que me sorprende. Coincidimos en muchas cosas incluso en que Cuba no era exactamente lo que esperábamos, aunque él tiene mucha menos idea que yo. Supongo que voy a andar con él por el resto de mis días en Cuba lo que confirma la mala leche que tengo, al fin no hubiera sido necesario adelantar el vuelo que acabo de cambiar ayer.
El recorrido fue mayormente por una autopista aburridísima en la que no se ven pueblos ni nada.

Cienfuegos es una ciudad relativamente nueva que no vale la pena ver, no hay nada ahí excepto por una mala copia del Malecón, una mala copia del Paseo Prado y un “palacio” estilo moro de una familia rica de la zona devenido en restaurante.
Lo primero que hicimos en Santa Clara fue Almorzar y después fuimos al mausoleo del Che por el que ya habíamos pasado a la entrada. La estatua grande y eso. Yo estaba re-entusiasmado, se imaginan, no? Las tres cuartas partes de las razones por las que fui a Cuba están ahí. El Último Descanso del Último Dios Viviente que Existió, la Gran Pirámide, El Partenón, El Eje del Universo, La Tumba de Guevara, el tipo éste del que vengo hablando desde hace dos años. Bueno, no pudimos entrar. La excusa es que estaba la luz cortada (no creo que sea verdad), la razón es que estaban preparando el lugar para el acto del Aniversario del Natalicio del Che que es dentro de dos días, “¿Y no avisan estas cosas a las agencias que hacen las excursiones? ¿Podremos dar una vuelta y volver mas tarde? ¿Podremos pasarnos por el culo a Trinidad y volver mañana?” Nop, nop, nop.
Esto es agregarle mierda a la mierda. Inmediatamente se larga a llover. Creo que los yanquis le dicen, “To add insult to injury”.
En la ciudad vamos al museo del tren descarrilado del Che, que son tres vagones al costado de la vía, con pertrechos y esas cosas que supuestamente llevaban a La Habana. Una poronga. A esta altura mi onda es muy buena. Top of the tops. Todo lo que debía salir bien salió mal. Esto es una señal. El guionista de mi película se está riendo de su personaje. La cosa ya no es remontable. Tocó fondo. Que para lo único que sirve es empujarse de nuevo hacia arriba.

El hotel es para mieleros, con las toallas dobladas en forma de cisnes y todo. Después de cenar, Françoise y yo nos quedamos en el bar al aire libre con una pareja de Barceloneses, Joan y Rosa (Rosa está muy maja). Nos cagamos de risa toda la noche. Al irse, los barman nos pidieron que le pusiéramos los vasos en la barra sobre la barra cuando nos vayamos, Yeah, sure. Joan usa la llave de la habitación para abrir el candado de la heladera y se roba cuatro cervezas, “Pero Joan! Estas cervezas están calientes!” así que va y se roba 4 más. Estamos robándole a Fidel. Robar en cuba es como pegarle a la madre. Es un crimen capital para nosotros los “humanistas,” pero a esta altura me parece de lo más divertido. Planeamos organizar una guerrilla en las sierras cercanas al hotel para liberar a esta pobre gente del tirano, pero calculamos que no tendríamos ninguna credibilidad si empezábamos así. Abandonamos la empresa. Mas tarde empiezan a merodear los de seguridad y, muy perspicaces, advierten el candado del refrigerador vulnerado. No nos dijeron nada aunque teníamos cara de culpables. Igual uno de ellos se quedó charlando con nosotros, supongo que para vigilarnos: Ex campeón Cubano de Boxeo, Jefe de seguridad, casado, un hijo. Flipó cuando Rosa reconoció haber tomado coca y abrió los ojos como un chico. Dice que a él el sueldo le alcanza perfecto para vivir. “Pero en la Habana nos dicen lo contrario, todo el mundo se queja,” le digo yo. El Habanero quiere cosas que no necesita, dice. En parte es lo que suponía, aunque una cosa es vivir en la capital y llevar ritmo de ciudad, y otra muy distinta vivir en Sancti Spiritus con solo un hijo que no va a la escuela. Lo que si es seguro es que el Habanero compra cosas que no necesita, y quien no.

viernes, julio 13, 2007

Día 8: Horse Riding Girls

A la mañana fui a Cubana de Aviación y adelante el vuelo para dentro de una semana. Por supuesto no se puede dejar de ver esto medio como un fracaso, aunque no me arrepiento, me hubiera gustado esperar hasta el jueves, a la vuelta de la excursión para ver si pegaba onda con alguien ahí, pero solo quedaban 5 lugares en el avión así que para no errarle pague los 50 dólares y listo.
Me puse a hablar con dos jineteras que me llamaron en un puestito de refrescos. Les aclare que no quería hacerles perder el tiempo, “Solo estamos hablando!”, Yeah, right. Las termine invitando a almorzar. Hablamos de cosas de jineteras. Le llaman “novios” a sus clientes y “turistas” a los ocasionales. Una era blanca, Yanelle y la otra negra, Jani. Jani debe haber sido mas barata porque hablaba de “Dos o tres turistas... o cuatro o los que sean” y la otra dijo “Yo solo uno y me voy a mi casa,” aunque podía estar simulando. Por lo que dicen no tienen hijos pero mantienen a sus casas y no pasan hambre ya que hablaban de haber comprado DVD y esas cosas, que pensándolo fríamente es barato, un DVD son 10 clientes de 20 dólares. Y ambas perdieron 3 horas hablando al pedo con migo así que no estaban pendientes del trabajo digamos. Tienen técnicas de conquista de “mujer normal,” por ejemplo, una vez un pibe que estaba con una jinetera me la ofreció y le dije que no gracias, “Y para que has venido a Cuba entonces?” le dije que no había ido por eso, y fue ella la que me preguntó buscando pincharme, “Eres puto?” La mina creía que cuestionando mi hombría ganaría un cliente. Tienen otro concepto de la cosa supongo.
Son las únicas “amigas” que hice en La Habana exceptuando a los gallegos. Jani dijo sobre su colega blanca, “Esta dice que no la chupa, pero yo no le creo.” Yo si le creo, Yanelle es divina y más histérica. Los gallegos me decían que las jineteras no se esfuerzan demasiado lo que me sorprendió, y las lindas se supone que se esfuerzan menos aún. Jani respondía a mis preguntas muy suelta y Yanelle, medio molesta por mi “cultura general” de sus modos, le dijo que no hable tanto, “Que éste ya sabe mucho mas de lo que debe.” Ambas pensaban que soy “mangón,” lindo, pero que van a decir... aunque Jani se sinceró y me dijo “Deberías bajar la panza para ser más mangón.” Jejeje.

jueves, julio 12, 2007

Día 7: Scarface

Hoy miré un rato de Nip Tuck con Lourdes y su hija (no me acuerdo como se llama, y es linda, pero tiene el mismo bigote que su madre), alquilar una temporada de Nip Tuck bajada de la web (en Cuba está prohibido tener Internet, así que no debería existir nada de esto) grabada en CDs cuesta 10 dólares, recuerden que un sueldo está en los 30. Si, nada tiene sentido, pero también recuerden que Lourdes me cobra, solo a mí, 20 dólares y la otra habitación, con dos personas, sale 30. Así que ahí estaba yo en este país comunista y atrasado viendo una serie imperialista que yo todavía no había visto. Me sentí fuera de lugar. Cuba no esta en ningún lugar.
A la tarde fui a la Fortaleza del Morro, un castillo del 1600 clavado en la entrada de la bahía de La Habana con su faro y todo. Muy lindo.
Hoy me cayó una ficha. La soledad me aplasta, creo que si puedo cambiar el pasaje adelanto la vuelta una semana, sería el domingo que viene ya que mañana va a ser una semana que llegué. El resto de la isla lo puedo ver la próxima vez que venga cuando no cometa el error de no venir solo. Pedazo de comemierda.
Me hice un autorretrato en la habitacion que alquilo.
Estoy bronceado y ya no me rompen tanto las pelotas los vendedores de habanos, asumen que hace unos días que estoy y ya me encaró todo el mundo. Los que me llaman cuando tengo los lentes puestos arriesgan unos: “Italian! Greek! Turkey!” Están perdidos.
Si todo sigue como hasta ahora me vuelvo con todos los forros que traje, y eso que era una suma modesta. Si no se paga... El problema es que no se como es la cosa. Todavía no fui a una disco y en la calle las cubanas ni te miran, por la policía, que como dije, si las ven hablando con un turista asumen que se están prostituyendo. En contextos turísticos cerrados no hay problema, pero tampoco anduve mucho por bares, hoteles y boliches.
En el fuerte hable con los encargados de la torre mando de entrada de barcos a la bahía que es la zona portuaria. Dos tipos piolas que no me quisieron vender nada y hablamos un rato largo, de política y Cuba y argentina y Guevara. Creyendo que La Cabaña, la Comandancia del Che al principio, estaba adentro de la fortaleza le pregunté por las ejecuciones que tuvo a cargo en las primeras épocas del Gobierno Revolucionario, “Todos los que mataron habían matado gente,” me dijo excusándolo. Todo bien, tío, yo estoy de su lado.
“Acá estamos muy bien, lo único que falta es mejorar un poquito la economía.” Solo entran 6 o 7 barcos por día a La Habana, 24 hs. Eso es poquísimo con bloqueo o no. Algunos de esos barcos son americanos y traen mercaderías yanquis. En algún momento de la charla estos hombres me dijeron que estaban dispuestos a tomar los fusiles para combatir el Imperialismo. Si, yo tampoco entendí nada, y no les quise decir que podían conseguir Coca Cola por un dólar y medio en cualquier bar de su ciudad. La invasión ya había empezado y estaban perdiendo. Ya veo los Tommy Hilfiger y Village Cinemas y a Bruce Willis haciendo la Avant Premiere de Die Hard 5 en el festival de La Habana.

A la noche fui a comer al bar del Vedado que es bueno y barato (sándwich de atún, 5 dólares) y Coco se sentó en la mesa al lado mío y se puso a hablar, chulo ex presidiario. Ya en confianza le pregunte cuanto sacaba el por conseguirle clientes a las chicas, me dijo que si ella cobraba 30, 10 eran para él, si 20, 5. Resultó ser un Scarface hecho y derecho. Se había ido en el ochenta y pico, esa vez que Castro mando para Miami barcos y barcos de gente de no se bien que tipo, criminales y homosexuales en el mismo envío. Fallas del sistema. Coco tenía unos 20 años y estaba del lado de los criminales. Me dijo que anduvo por varios lugares de USA, llegó a juntar más de 350 mil dólares por venta de drogas y mató a un tipo que había matado a su hermano menor y en el 92 USA puso 35 mil dólares por cabeza para que Cuba reciba de vuelta a estos “exiliados,” así que se encontró de vuelta en La Habana en sus 40s. Circulo cerrado. Todo contado desde una cierta “modestia.” Estaba con una jinetera muy linda y blanca (las blancas son mas caras que las negras) y me preguntó si podía hacerla sentar con nosotros, ella estaba en la barra, y les invite un trago. Ahí me entere que no se conocían con la jinetera, solo se asocian por esa noche para conseguir algún turista y si te he visto no me acuerdo. Un polvo de una noche pero no de ellos. Él le pregunté si tenia hijos y yo le dije que si, sino no estaría ahí, y ella asintió. Me sentí muy inteligente y muy pelotudo.
Coco se fue el baño y la jinetera se fue un rato después, cuando volvió Coco preguntó por la mina y cuando le dije que se había ido quedo desconcertado. Yo pensé que era cosa de ellos, ni sabía que trato tenían, pero me di cuenta que la que mandaba era ella. Es obvio la verdad, sin mina, no hay turista, no hay plata. Coco vió que la mina estaba en la vereda hablando con un tipo y dijo, “Si me mira voy, si no, que se cague.” Ella no lo miró pero el la buscó igual y se fueron juntos. Mandaba ella.

sábado, julio 07, 2007

Día 6: City of the Dead

Contraté una excursión (150 dólares) a Santa Clara que es El Lugar al que tenía que ir, es la ciudad que toma Guevara y gana la Guerra Revolucionaria y ahí están emplazados el monumento y el mausoleo del Che que son el mismo lugar. Hoy es sábado y la excursión es el martes y visitaríamos Cienfuegos, Santa Clara y Sancti Spiritus, donde dormiríamos, Trinidad la mañana siguiente y vuelta a La Habana. Esta excursión al mismo tiempo es un manotazo de ahogado para ver si me engancho a alguien como compañero de viaje ya que la soledad se siente y mucho y lo que es peor, es poco práctica, mi plan de hacer un grupito y alquilar un auto, compartir habitación y/o taxis se esta yendo rápidamente al carajo. Pase por la estación de colectivos y averigüé precio, 50 dólares el pasaje a Santiago, me pareció caro aunque ya perdí perspectiva del valor de la plata, y a eso tendría que sumar pasajes a otras ciudades, Playa Girón, Guantánamo, algún que otro pueblo y excursiones a los campamentos de la Sierra Maestra, si es que existen. No me hace falta sentarme a hacer números para darme cuenta que la plata que tengo no me alcanza para cumplir el plan original y ya me estoy saliendo de presupuesto lo que quiere decir que me quedo todo el tiempo en La Habana, exceptuando esa excursión a Santa Clara y una que podría hacer a Varadero.

Por la tarde fui caminando (30 cuadras?) hasta el cementerio de la Habana: en el camino encontré la casa de un tipo que vendía libros de saldo y usados y me compre 4 tomos de Escritos y Discursos del Che, Mi Hijo el Che, de Ernesto Guevara padre, en tapa dura y unas buenas fotos (especialmente una de un Ernesto de 20 años en un barco de la flota mercante con una gorra de capitán), y Con la Adarga al Brazo, una recopilación de anécdotas sobre el Che. Todo por 10 dólares, una ganga.
La Necrópolis de Colón, y es, efectivamente, una ciudad de los muertos. Es inmenso y tiene calles internas con paradas de taxis y todo. Tumbas con forma de templos griegos o de catedrales, muchísimas estatuas de Ángeles, Cristos y esas cosas. Era un hermoso día de playa y yo lo estaba pasando en el cementerio, pero no importaba, ya podría ir mas adelante, no?
Volviendo por esta gran avenida, Allende, me encaró un cubano haciéndose el amigo y con que de donde era? Uh, Argentina, yo estuve en la UBA en marzo en un intercambio, yo soy profesor de economía, voy para la universidad ahora, dice, y hace un gesto con su maletín, y estoy muy contento porque mi mujer acaba de tener a nuestra primer hija, así que lo felicité. Sabes que es el ventolín? Me dice, y como no voy a saber si es lo que chupaba Guevara para el asma. Te puedo pedir un favor? me dice, y saca de su maletín un cosito de esos para el asma y le saca el tarrito del medicamento, dice, No me puedes comprar esto en una farmacia para turistas que a nosotros nos los cobran 80 y blablabla y me hace un matete de números que eran todos altos. Y me termina pidiendo que le compre un paquete de no se cuantos, por no se cuanta guita, que ni en pedo, pero le dije que uno le compraba para ayudarlo, no le iba a dar la guita, a papa mono con bananas verdes. Así que me dijo muy agradecido, Si, que muchas gracias, la Farmacia queda acá, al lado del Habana Libre. What the fuck?! eso era a 15 cuadras de donde estábamos, así que le dije que no iba a ir hasta allá, y me dice, Puedes darme el dinero y yo voy y lo compro, No te puedo dar 10 dólares, le dije, Por favor, te beso los pies, dijo, y le di 3 y me fui a seguir mi camino. Otro estafador de La Habana. ME quede pensando en el buen discurso que tenia el guacho y en como casi entro como un caballo, y gracias a que estoy durísimo, que si venís medio verde le das 50 dólares para su esposa inexistente que acaba de tener a su primer hija inexistente.

Termine mi vuelta en la Habana Vieja de nuevo que es alucinante, pero no se que voy a hacer acá dos semanas más. Rectifico, no se que mierda voy a hacer...

miércoles, julio 04, 2007

Día 5: Revolution Square

Fue un día bastante poco productivo. Camine hasta la Plaza de la Revolución, esa con la gran cara de Guevara contra el edificio del Ministerio del Interior. La zona es bastante porque es un área de transito, con muchas avenidas rápidas así que no hay mucho para ver. Por casualidad pase por la estación de colectivos y averigüé el precio del pasaje a Santiago de Cuba, 100 dólares ida y vuelta, me pareció carísimo.
Llegue al memorial de Martí que es una especie de torre altísima, con una estatua de mármol del prócer adelante, sentado en actitud pensativa. Martí es plaga en la Habana, está por todos lados, hay hasta unos bustos de plástico a los que se les nota la cicatriz del molde y los ponen en los negocios y lugares menos oficiales. Estaba muy entretenido filmando esto cuando me di vuelta y veo que a mi espalda tenia el edificio, ese, el de la cara del Che. Es impresionante de verdad. Es gigantesco. Hacia un calor asfixiante y el cielo se estaba nublando amenazadoramente pero atrás de él había sol.
La plaza en si no tiene ningún sentido si no hay una multitud, es un gran playón de nada.
De ahí huí a la habana Vieja y volví a la casa caminando por el Malecón, por supuesto.
Vi a una chica hermosa que estaba tomando sol. Era blanca y el sol le había marcado la ropa, esto podía ser por dos cosas, porque era turista, cosa que no parecía porque estaba vestida enteramente de un violeta muy clarito, hasta las zapatillas, muy farolera a la cubana, o era cubana y esa era la única ropa que usaba siempre, siempre, y el sol no tenía más que quemar siempre, siempre los mismos lugares. Supuse que era jinetera y ni me miró. Como dije era hermosa y me dio unas ganas terribles de cogermela y llorar.
Pase por el Hotel Nacional que no se puede creer. Debe estar construido en los 20s o 30s y tiene toda la onda Al Capone que uno pueda imaginar. Le saque una foto al edificio de enfrente del hotel sin saber que unos días después haría un amigo que iba a vivir ahí, pero todavía estaba en Paris. La entrada del hotel es de esas con jardines y taxis Mercedes negros. Un hall altísimo en el que se mezclan jarrones de anda a saber donde y postales de Guevara. Pasando el hall esta el parque interno, que da al malecón y por consiguiente, al Atlántico, las galerías del parque no tienen mesas sino sofás y mesas ratonas, como si fueran varios livings uno al lado del otro. Me dio vergüenza por mi roñez y me fui, pero ustedes recuerden esta locación, el hotel nacional, tendrá una importancia significativa al final de la película.
A la noche fui a sentarme al malecón como un cubano mas. Los cubanos se sientan entre amigos y parejas, se compran una botella de ron y unas latas de Tucola, la cola nacional, y se hacen unos cubas libres, fantaseando vaya a saber con qué, pero todo el mundo sabe que si tuvieran visión telescópica podrían ver Miami al otro lado del mar.
Al rato llegó la chica de antes y se sentó a unos metros de mí, era rubia y parecida a Flavia, casi sin tetas y con ojos grandes y brillosos. Ni me miro pero ya no me cabían dudas de que estaba trabajando. Habían pasado 3 horas desde la vez anterior y estábamos 500 metros más acá. Nada, estaba ahí, se volvió a tirar como si tomara sol pero ya había oscurecido. Al rato se echo de costado como si quisiera dormir. Este fue el fin de ella, no vuelve a aparecer en el diario pero todavía me acuerdo de ella. Había una tristeza indefinida en su hermosura que me causaba, por supuesto, tristeza.
Fui a comer al Oasis donde había almorzado por última vez con los gallegos a ver si encontraba a Dari, sabía que su tía trabajaba ahí y ella solía pasar pero no apareció en el par de horas que estuve ahí. Vi un video de El General que hacia mil años que no veía. Cuba es así, parece estar en los 80s, 90s o 2010s dependiendo de donde se mire.
A la vuelta se me pego un chico, Víctor de 16 años y parecía de 13, los cubanos parecen más jóvenes de lo que son. El pibe es de lo más inteligente que encontré en la Habana pero no se que será de él, si se convertirá en uno de estos vendedores de habanos, habitaciones, maría, oro blanco y jineteras. Los cubanos que te encaran vienen con una batería de discursos armados para venderte algo y siempre dicen lo que crees que querés oír. Los hay más y menos expertos pero todos están listos, este pendejo me ofreció jineteras por 5 pesos, no quise ni pensar. “Putas con orgullo,” las definió, en general, no a las de 5 pesos.
Me acompañó las 30 o 40 cuadras que llevaban hasta mi casa “para hacer una amistad.” No se que esperaba, nada, todo. Todos estos vendedores de minas y coca tienen trabajos normales de día, pero igual guita hay, no se quien la tiene pero hay, se ve a cubanos gastando plata que en teoría no tienen y comprando boludeces como en cualquier lado. Hay gente que come en restaurantes o en la calle, de parados. Son por lo general flacos, especialmente los chicos. Las chicas son de caderas angostas y brazos y piernas flacas, pueden ser fibrosos pero no llegan a corpulentos por lo general. Igual, como dice Víctor, “Ahorrar todo un mes para salir un día con tu chica.” Quizás sea así, y los que uno ve gastando se pusieron su ropa de domingo. En la casa en la que estoy viviendo usan siempre la misma ropa. Carlos, el hombre de la casa, duerme en el living cuando hay huéspedes para que sus hijas y su mujer, Lourdes, duerman amontonadas en alguna otra habitación. Lourdes se decoloró el bigote. Estaba divina.
Con Victor pasamos por una cuadra, la última antes de llegar a mi casa sobre el malecón la que es para da de patos (putos). Es una pingüinera. Cien metros de una vereda de 4 metros de ancho llena de borde a borde de putos y travestis y putos y travestis, y yo caminando entre ellos con un cubanito de 16 añitos. Llegando a mi casa Víctor dijo, “A veces la gente me quiere dar dinero pero yo no acepto,” así que hicimos la pantomima en la que yo “insistía” en darle un dólar, lo que es una miseria de la que me arrepentí unos días después. Al fin y al cabo quizás lo mejor haya sido insistirle en que estudie ingles, “Porque cuando esto se acabe vos vas a estar aca y lo vas a necesitar.” No creo que me vaya a dar bola.